lunes, 7 de enero de 2013

Tarde de pipas


Con ritmo lento, pero sin pausa le seguía un sincrónico balanceo de brazo, donde el sostén de una mano permitía el ir y venir de la otra. Con especial habilidad se descascarillaban. El ritmo de separar en la partícula más elemental donde la semilla se queda en su desnudez total, después de ser técnicamente separada por un juego combinado de dedos y dientes incisivos provocando el saboreo de tan económico fruto.
Aquellas eran tardes de pipas, donde una “bolsa de pipas”  era el gasto soportable para disfrutar de agradables paseos de roce. En aquellos momentos el tiempo se paraba. Los proyectos y las ilusiones fluían, junto a una temperatura corporal  que desafiaba una atmósfera de invasiva niebla, que oscurecía aquellas tardes de invierno de “Roce”.
El invierno, su larga oscuridad, sus fríos,… donde las tardes del crepitar del fuego provocan sonidos que  evocan poesía con cambiantes imágenes  de recuerdos, donde su llama para el tiempo y trae recuerdos, donde su ritmo adormece, embriaga, hipnotiza y….
Cuando las añoranzas tienen sabores, mantecados de los Yébenes, donde su textura se deshace en la boca, esparciendo sus migas azucaradas de aquellos tiempos donde la tienda de la Antonia ofrecía sus amplios e inacabados productos.
Cuando el  frio se escabulle y ofrece un resquicio para la tradición convertida en baño. Entrar en nuestras lagunas, sentir que tu carne es troceada por sus aguas, la respiración es convertida en gritos cortantes, que se ven  acallados por un frenético zambullirse en sus aguas. Ni valientes, ni mejores simplemente unirse una misma naturaleza: pueblo y lagunas.
Donde un año más la San Silvestre trae  el ánimo, las risas, las bromas, los disfraces y frases de mejores deseos se mezclan con aplausos de un ambiente villacañero que cada año va a más. Siendo de agradecer la gratuidad de la prueba, que no por ello dejan de ofrecer una excelente bolsa del corredor.
Y cuando la noche más mágica de las mágicas dice: “Ya viene los Reyes Magos, … cargaitos de…”, con cierto esfuerzo  y ajustada economía  traen unas “trabuco” maden factory a mitad de precio, un reloj Kalenji de números gordos y grandes para ver, una segunda capa y guantes para reponer.
Cuando todo ello sucede se reinventa la tradición.
JMR

NOTA: El roscón me lo dejo para otra ocasión.

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