martes, 24 de abril de 2012

“Rock `n´Roll Madrid Maratón”



XXXV MARATÓN POPULAR DE MADRID

"Corro, pero no tengo prisa por llegar. Corro buscando nada y encuentro todo".  Aurora Pérez.
Voy a citar, una vez más, a mi querida amiga y atleta española veterana más laureada de todos los tiempos, que el viernes previo a esta Maratón daba una charla junto a Martín Fiz en la Feria del Corredor. Y es que pocas palabras pueden decir tanto.
Los que llevamos unos años en el oficio de “carrerista” (según el Diccionario de la RAE: “Persona aficionada o concurrente a las carreras”) no podemos explicar muy bien a “los otros” el sentido del esfuerzo que supone una prueba tan exigente como la Maratón. Y además no te deja indiferente ni admite término medio, o la odias o, una vez que acabas, empiezas a plantearte cuál será la siguiente.
Es una locura, una aventura, un machaque, una droga que engancha, un paseo turístico por la ciudad, una ruta de cañas y tapas, mejor dicho, bebidas isotónicas y geles o barritas energéticas, un reto, una obsesión, un placer, un castigo, una bendición. Una suerte tener salud para terminarla.
Es como la vida misma. Atraviesas momentos de euforia, como en la salida. Momentos de bajón, como la soledad de algunos kilómetros sin público. Nuevo subidón  al saludar a aquella persona conocida que te ha reconocido en el rio de participantes. Nuevo bajón cuando empiezas a sentir alguna molestia preocupante. De nuevo te sientes el rey del asfalto cuando calculas que tu ilusión y fuerza de voluntad superan a los km que te quedan por llegar. Y así se van sucediendo los altos con los bajos. Y es que son muchos minutos corriendo en compañía pero solo, con amigos o conocidos que encuentras en el camino pero contigo mismo en los momentos de dificultad.
Este domingo 22 de abril 7 atletas laguneros tomaron las calles de Madrid, constituyendo la mayor representación de este joven club en la prueba. 4 debutantes y 3 veteranos salimos mezclados en 2 grupos para luego repartirnos estratégicamente por el recorrido. En realidad uno más, el octavo maratoniano, estuvo muy presente y animándonos en distintos puntos del recorrido, Pedro Sicilia, al que dedicamos nuestra carrera pues por una inoportuna lesión le impidió redondear la cifra y continuar sus 10 participaciones consecutivas en MAPOMA.
Debutaban un padre y una hija, Bienve y Mónica, en otro hecho sin precedentes en nuestro pueblo. Junto con Isidro y Casero, completaban ese cuarteto de corredores que viven su primera e inolvidable experiencia de lucha contra la distancia y con afán de superación. Sólo los que han vivido esta situación conocen el aluvión de sentimientos que se agolpan en los últimos metros llegando a meta.
Completaban el equipo desplazado a Madrid los hermanos Florencia y Juanjo, y el que suscribe, Pedro, que disfrutamos como niños. No era momento de mejorar marcas, me quedo con la gratificante labor de acompañar a un debutante, intentando saborear y contagiarme de su emoción al recorrer la última recta del Retiro.
¿Para cuándo la próxima? No sé si podremos aguantar un año hasta Madrid 2013, nuestro apetito de kilómetros es insaciable y el panorama nacional e internacional nos presenta un menú bastante variado de pruebas a las que hincarles el diente.

PFMR

lunes, 9 de abril de 2012

La mística del correr o el cambio de hora

Hay ocasiones en que sin buscarlo lo encuentras. Aquel día, estaba decidido, después de unos días varado, se daban casi todas los ingredientes para aplicar un aire tronton a mis piernas.
Arreciaba un fuerte viento, para mi entender el peor de los enemigos del corredor. Cada cruce de calles se convertía en un revuelo de pelos y azote de ropas, pero el lugar merecía la pena conocerlo al tronton.
En dos zancas me encuentro en todo un esplendido paseo marítimo. Dos posibilidades, a la izquierda playa de construcciones modernas turísticas y a la derecha la posibilidad de rodear un histórico casco. La elección se hace fácil.
Dejado por el capricho de conocer y bordear una costa amurallada, con los primeros braceos compruebo que el viento de levante favorece mi trotar. El aullido del viento se entremezcla con el alterado Atlántico. Las imágenes merece la incomodidad del aire racheado, además quiero rodear todo una antigua ciudad costera amurallada, testigo de mil batallas en la mar.
En uno de los movimiento oteantes, compruebo que el Sol esta entrado en picado hacia el horizonte marino. No lo dudo y recalculo el entreno. No puedo perderme este espectáculo para un trotonero de tierras adentro.
Aprovecho la oportunidad de mi móvil con pixeles, para inmortalizar el acontecimiento, es una ocasión que pocas veces voy a tener: Correr, ver el mar, su horizonte, su sonido, el viento y al fondo la rendición del dios sol ante un mar embravecido.
Cuando todo ello va aconteciendo, el conglomerado de sensaciones se ven como el azote alterno de un embravecido oleaje. El racheado viento comienza a mezclar música de tambores y trompetas. Es magnífico, trato de ubicarlos sólo logro percibir sus sonidos, al mismo tiempo que avanzo los sonidos cambian. Se encuentran esparcidos, y aunque andan en ensayos, su música me lanza al camino que enlaza al castillo de San Sebastián. El viento parece querer expulsarme de su estrecho, de vez en cuando algún que otro oleaje invade mi cuerpo. Merece la pena, al fondo el Sol comienza a acariciar el horizonte. Quiero llegar al finito de la tierra, quiero ver como la diosa Mar engulle el dios Sol.
Viento, Mar, horizonte, Sol, Tambores, Cornetas,… respiro hondo. No corro, solamente miro y disfruto de un espectáculo que en tierra adentro no se ve.
JMR
NOTA: Tierra adentro se pueden ver otras cosas:
Puesta de sol un 8 de abril dee 2012 en las lagunas de Villafranca de los Caballeros