sábado, 19 de enero de 2013

Ciclogénesis explosiva


Geppetto, un hombre humilde, de cierta edad, pero que nunca ha perdido la esperanza e ilusiones, hasta tal punto que de su arte en la madera consigue su mayor ilusión un niño hecho de madera y mágicamente transformado en humano.

Pinocho es mentiroso, buscador del placer, orgulloso,…

Cuando uno miente, le crece y le crece la nariz como a Pinocho
Lance Armstrong, sirvió de inspiración durante la presentación de la II Gala del Deporte 2008 (Referido a la parte correspondiente al CA Las Lagunas). Entonces era considerado un autentico símbolo de superación y ejemplo de cómo a través de la autodisciplina, una persona es capaz de explotar al máximo sus cualidades.

De ser un “monstruo” en el deporte, aplicando este nombre en su acepción más positiva, hoy ha pasado a ser un autentico monstruo, entendiéndolo como personaje que sin ningún tipo de escrúpulos no duda en explotar su capacidad más diabólica, realizando actos que generaron alteración en su sangre, en su cuerpo y en su organismo para ponerlo en ventaja tramposa sobre los demás.

“Volver a la vida”, su libro. Difícil de entender por quién, sabiendo las angustias de recibir ciclos de quimioterapia, los temores de recibir los indicadores analíticos diarios o las no menos angustiosas transfusiones sanguíneas para sólo obtener lo más valorado para la persona: La salud. “Volver a la vida” es más difícil de entender hoy en día, al estar acreditado, que el mismo que lo escribe, y tras superar un cáncer, es capaz de someterse voluntariamente y premeditadamente para alterar su cuerpo por el placebo de ganar con trampas.

Tal noticia, escénicamente representada, me ha bajado súbitamente la temperatura, dejándome congelado.

Parejo a los mitos de barro que se deshacen delante de nuestras propias narices, va el Bárcenas, para conducirnos por su cuenta a Suiza en sobres negros, que nada tiene que ver con hacer “kilómetros negros”. Doble contabilidad, favores, donaciones, pagos,.. me da que en un momento acaba de caer una gran “tromba” de agua, donde desgraciadamente vuelve a llover con violencia súbita y con mucha insistencia sobre mojado.

Cuando los vientos arrecian, bien dicen que “la mujer del César no solo tiene que ser honrada sino que parecerlo”. Muchos son los recortes que estoicamente estamos soportando y todo es porque “entre todos podemos”, no lo pongo en duda. Me da que el resultado final de todo esto es que unos estarán mucho mejor que otros y las escalas de desigualdades habrán crecido de manera exponencial.

Más me temo que cuando todo está basado en el ajuste, en tener menos y en saber estirar el eurillooo, no son buenos, aquellos fuertes vientos que arrecian de aquellos que por todos nosotros velan comunalmente y que para exponer su señorial barriga en la playa, sueltan 700.000 eurazos en propiedad playera.

Con la fría mentira de un mentiroso, con la lluvia incesante y violenta de tan altos corruptos y la suma de los crecientes y arreciantes vientos del “entre todos podemos” (unos dentro de la miseria y otros en el dispendio suntuario), lo que mejor une a todo este tojunto es “Algo huele mal en Dinamarca”

De suerte que entre tanto se rearmaba el fuerte viento, las bajadas bruscas de temperatura y las bruscas lluvias para explotar en su ciclogénesis, yo he encontrado el hueco suficiente para soltar mi mente mientras corría a mi trontón.
JMR

NOTA. André Philidor, el padre del ajedrez moderno. Más o menos en los días de la Revolución Francesa escribió un célebre libro de ajedrez en el que explicaba que, si se utilizaba el conjunto de peones, estos pueden volverse tan poderosos como las piezas principales. Hasta entonces nadie había tenido tan genial idea. Los peones solían sacrificarse para quitarlos de en medio y así no estorbaban. (El Ocho de Katherine  Neville).
André Philidor, desde aquel entonces acuño la expresión en el ajedrez de “los peones son el alma del ajedrez”

1 comentario:

Eladio dijo...

Humildes peones que pueden acabar dando un jaque en el momento más inesperado ... un placer leerte Lagunero.