domingo, 23 de diciembre de 2012

Emigrantes los que no vuelven por Navidad


Estas próximas navidades, por cuestiones obvias, dan mucho juego, bástese nombrar a la burra y el buey, los Reyes de Tartesso cuando no gaditanos o montar un belén donde las casas o chozas se encuentren en desahucio y pastores, ovejas, molineros, patos, lavanderas, cerdos etec., en ordenada fila vayan a la oficina del INEN  único lugar que hoy en día es un autentico belén.

Pero por respeto a la tradición navideña, que es muy de nuestra cultura y, es más, en consideración a esa familia, ejemplo de la sencillez y humildad, que fue José y María. Matrimonio, que a buen seguro no eran muy simpatizantes de los gobernantes ocupas que dirigían su tierra. Ellos ajenos a cualquier cuestión política y siempre respetuosos con las leyes, se lanzan en singular travesía para cumplir el edicto romano de empadronamiento. La distancia entre Nazaret y Belén de casi 150 km, sin contar como en aquellos tiempos eran los caminos, seguro que fue todo una odisea.

Esta familia movida por el amor  a su hijo, Jesús, no dudan en emprender una huida para librarlo de las garras de gobernantes hechizados por la lujuria del poder.

Esta familia es un ejemplo y un símbolo, que nos orienta, y al igual que aquellos padres, todos los padres, generación tras generación, se desviven para que sus hijos “el día de mañana sean algo”. Esta frase ha supuesto que en épocas, donde la escasez de una España, anclada en la extrema pobreza, incapaz de ofrecer alternativas para el futuro de sus familias, obligó a que muchos de nuestros padres, hoy alguno de vuestros abuelos se marcharan al extranjero. Se convirtieron en EMIGRANTES, personas que en Hendaya eran tratados como ganado, personas que en mucho de los caso no sabían donde se encontraba el lugar de su destino, personas con un alto grado de analfabetismo, sobre el 80% y la inseguridad de,  en muchos caso, no llevar un contrato de trabajo. Aquellas gentes, han sido todo un ejemplo, que se ha visto recompensado con unas generaciones (Sus hijos), que han “tenido una vida mejor que ellos”.

Aquellos emigrantes de entonces, lo único que tenían eran sus manos para trabajar, no tenían posibilidad de cambiar nada ante un régimen que no les daba opción, pero sí, su trabajo repercutía en mejorar la estrecha economía familiar, al mismo tiempo inconscientemente preparaba el terreno para grandes cambios sociales, económicos y políticos.

Aquellos hijos mejoraron, aprendieron del esfuerzo, votaron, se casaron, votaron, tuvieron hijos, votaron, los educaron, votaron. Unos actos crearon las generaciones mejores preparadas y otros actos fueron creando el porvenir. Porvenir basado en una clase política endiosada, de estrechas miras, de fácil palabra, rodeada de boato. Boato que se colgaban en adornos la clase empresarial de fácil riqueza y un escenario de despampánate apariencia, alejados de cualquier meritocracia.

Quizás nadie nos enseño el gran valor de un voto, quizás al venir de unas familias humildes, trabajadores y de miras donde todo se consigue a base de esfuerzos, no dio la importancia a tan importante acto de votar. Aquel acto fue creando una casta de especial status, con especiales derechos, con especiales beneficios, que a base de hipnotizantes melodías han creado un túnel, sin fin, sin luz y sin salidas de emergencias.

Muchos de nuestros hijos, hoy son EMIGRANTES no aventureros. Son EMIGRANTES cualificados no aventureros, son EMIGRANTES jóvenes no aventureros, son ESPAÑOLES EMIGRANTES que se les niega el futuro en su tierra.

A todos esos jóvenes EMIGRANTES, que en impuesta torre de babel se desenvuelven en los rayaner les deseo las mejores de las Navidades, con la misma fuerza de la inmensidad de kilómetros que en tan señaladas fechas os separa de vuestras familias.

¡¡FELIZ NAVIDAD!!
JMR

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felices fiestas.
Julian me gustan mucho tus relatos
Federico

Anónimo dijo...

Ya están casi llegando los Reyes Magos al Portal. Qué hogaño venga cargaos de...
JMR