jueves, 13 de diciembre de 2012

Sólo ausencia de calor

No es una posición es un estado


Una vez superado el momento irrefrenable de –Que agustico estoy entre estas mantas-, después de haber visionado entre cristales que una atmósfera cortante se extiende más allá de la techumbre hogareña, donde un lento crepitar de un ceporro parece embrujarte en hipnotizantes figuras, es el momento de utilizar un primer impulso para alentarte con un -¡Vamos!

El amarillento sol te recibe, donde el suelo acartonado y crujiente le cuesta despertar por envoltura en celofán de blandura. Ante esto y con esto, hete aquí, que con singulares figuras adornas el cuerpo, hasta que tras diversos movimientos eléctricos percibes que lo que te rodea no es una posición sino un estado.

Estado solidificado  del respirar de las plantas convertido en escarcha, estado liquido que desprende el apéndice naricero en irremediablemente agüilla moquillera y un estado gaseoso cortante del aire que penetra por cada resquicio.

Conscientes de que la posición de acurrucado-exprimido, es una defensa de empiece para iniciar un proceso de activación neuromuscular impulsora que reactive un proceso de cambio del estado de los allí reunios.

Es en ese momento, bajo unos sonrojados mofletes, donde las cejas parecen estar adornadas de escarcha, bajo unos lagrimones de secante frío que impulsan los brazos y piernas en sobredimensionados movimientos. Movimientos que evocan un zapateo desajustado que a ritmo  sincrónico de vahos armonizan aquellos que antes se encontraban acurrucaos.

Cuando dejados por aquello que dice: Ni se crea ni se destruye sólo se transforma, aquel encogido grupo de atletas laguneros aplican este elemental axioma físico, que mezclado con una justa medida de buen estado de ánimo dan certeza empírica al dicho que dice: El frío no existe, el frío sólo es ausencia de calor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

si que parece que faltaba calor.Federico