lunes, 25 de julio de 2011

De Cuños dobles


En la vida de la oficialidad es de suma importancia el acto de refrendar lo escrito en un papel bajo el amparo de un cuño.
Recuerdo mis años mozos y cuando por primera vez tuve en mis manos, aquel objeto de madera, con una base de goma, labrada en bajo relieve y que una vez mojado, con certera precisión estampabas el poder del cuño. En aquellos años aprendí una cosa y otra la reforcé, que el mundo reducido de mi pueblo, en el que a veces con escasas palabras dabas un amplio sentido de definición a objetos o acciones, en el abierto mundo debías adecuar tu lenguaje a términos más snob y de visión más “culta”, de ahí que aquel cuño, que ya en primera infancia de conciencia, adquirió un grado de respeto a quien disponía de cuño y cuñamiento, debía dar paso al nombre de tampón y sello.
La otra cosa fue el reforzar el gran sentido de los relieves que se le daban aquellos sellos. Sus letras reflejaban la importancia de quien ahí se reflejaba, pero la mayor relevancia era adquirida cuando en el mismo cuño aparecía reflejada un escudo o simbología. Esto último tenía siempre una especial relevancia, que no sólo transcendía a su historia o antepasados, sino que tenía un significado de perdurabilidad por encima de quien en ese momento el cuño en su mano lo disponía.
Toda aquella simbología, que sobretodo ampara un cuño, siempre que represente un ente que va más allá de la temporalidad de las personas, están sometidas a unas reglas o protocolo, es más, existe unas lógicas sabiamente contenidas en la heráldica y su linaje, que a ella se debe obligar.
Bien es cierto que como toda regla tiene su excepción o como en este caso unos distintos procedes, y con ello me refiero aquellos hijos bastardos, que sin culpa alguna y debido a ciertas licencias de poderío, eran marcados con una simbología de cuño torcido. Quedando dividido un mismo linaje en ramas distintas de bastados y legítimos, augurando una vida de todos ellos y sus descendientes envueltas en luchas e irreconciliaciones.
Nunca las generaciones nos sabrán decir el resultado final de esas luchas, aunque a lo largo de la historia aparecerán las distintas batallas por cada uno de ellos ganadas y, en la esquilmación producida por esas concretas batallas, siempre habrán dejado un hueco de inversión para honrar un cuño y dejar como bastardo al otro.
NOTA: COMO PARTE DE LOS CHELEROS Y CHELERAS AJENOS A ESOS LINAJES Y RIVALIDADES, BUSCO EN LA TRADICIÓN Y ESTA ME DICE QUE LAS GASEOSAS PATIÑO DE TODA LA VIDA SIEMRE HAN SIDO LO MÁS GENUINO Y ÚNICO DE ESTA CHELA Y CON ESTO ME QUEDO; EL QUE QUIERA HACERLO DE VOLAR CON ALAS O FLORIPONDIOS, COLORINES O COLORINETES PARA SEGUIR LA BATALLA DE LEGÍTIMOS Y BASTARDOS, LES DIGO: “ENVAINAD LA ESPADA Y MOSTRAD VUESTRA VALENTIA” (William Shakespeare), MIENTRAS ESTO OCURRE YO ME DECLARO ALEGAL Y APATRIDA DE SEMEJASTES MAJADERIAS Y TANTO ESTAS BATALLAS SE MANTENGAN, YO EN MI MANO EMPUÑO EL ÚNICO SIMBOLO GENUINO Y LEGITIMO DE LOS CHELEROS Y CHELERAS AJENAS A SEMEJANTE CABEZONERIAS: “ESPUMOSOS PATIÑO”.
JMarotoR

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que quiere decir esto

Anónimo dijo...

Que tenemos un escudo cambiante, según el color del regidor mandante.
Y algunos muchos, en esta Villa, andamos como pollo sin cabeza al no existir uno que a todos nos represente.