domingo, 17 de noviembre de 2013

El señor don....

01/11/2013
Recuerdo hace no mucho tiempo que por diversas necesidades y a ciertas horas donde el pulular de jóvenes y jovenas comenzaban a tomar las calles con alegría y ganas de llenarlas de cierto alboroto. Yo me encontraba en un pausado y lento andar y observar de zona más o menos acotadas. En un momento determinado  percibí que mi presencia comenzaba a fabricar ciertas miradas furtivas. Miradas que reflejaban interrogantes, del tipo: ¿Y este que hace por aquí?, ¿de dónde ha salido? ¿Qué quiere hurtar de está nuestra desinhibida juventud?.

Poco a poco comencé a sentir incomodidad. Comencé a desear que el tiempo pasara cuanto antes y yo evaporarme de allí. Quería desaparecer de un lugar que a cada momento era ocupado por un desaforado ambiente juvenil, donde mi presencia quedaba relegada aquel objeto-recuerdo de bisabuelos de ubicación desentonante en un decorado de iluminantes curvas  de efluvios renovadores.

Y es que la mona aunque se vista de seda mona se queda. Elige ropa actual y moderna, colorinera, deportiva, informar,.. combínala y has malabarismo que nunca lograrán camuflar el inexorable paso de los imparables años.

-Como dice ese señor-, esta expresión casi paraliza mi impulso activo, de ciertas ganas de ir  a más, a pesar de los achaques. Este inicio de frase, rompía en el aire la transcendente reunión oficial que mantenía  nuestro CA Las Lagunas de Villafranca. Allí se debatían la renovación o no de su Directiva, la modificación o no de ciertas cuestiones de la carrera popular de las Lagunas y otras cuestiones de vital importancia para el disfrute y mejora de este Club y su proyección deportiva. Por ello y ante tal intención de reconocimiento y respeto, exijo que a partir de ahora en las reuniones y al dirigirse a mi persona que se dibuja en una cara algo enjuta, pelo corto y poblado en canas y rasgos rugosos vapuleados por el paso del tiempo, que no hay modo ni manera de camuflarlos, por todo ello exijo que cuando una bisoña juventud lagunera se dirija a tan avezado acumulador de años en vejez y se busque el dirigirse con el máximo de los respetos,  éste sea expresado bajo la anteposición de “el señor don…”. Sirva de ejemplo, para disipar cualquier duda a esta bisoña juventud lagunera, esto que ahora digo: - Como dice el SEÑOR DON GRILLO-. Y yo, a partir de ese momento  hablaré y mi voto valdrá por lo menos X2.

También podemos hacer otra cosa, que la juventud lagunera, bajo disimulo, ignore mis clarividentes rasgos de denotada vejez, y bajo la  espontanea expresión de bisoñez lagunera se exprese a la usanza siguiente: -¡Eh!, grillo explícate-. Una vez realizada tal ficción, aplicamos el axioma democrático: Un lagunero/a un voto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien escribes y seas grillo o señor don grillo que tu voto valga por dor o por tres.
Federico
Dichosas letritas

Anónimo dijo...

Así comienzan las dictaduras. Deja deja, prefiero tener buenos comentarios y gente que como tú, me anima a andar por estos terrenos pantanosos blogueros.