Es ese oasis de frescor que te relaja y proporciona el oxigeno renovado. Siempre y cuando lo sitúes en el lugar y momento apropiado, hasta puede ser la continuidad de tu entrenamiento.
Los descansos son esa libertad condicional para que no pares, son descansos condicionados a seguir tu plan de entreno, disfrutando de otras actividades.
A veces el rígido horario que nos vemos sometidos, nos imprime un stress de tiempos que parece hacernos ver la imposibilidad de programar nuestro ocio. Nos levantamos, prisas, horarios, jefes, notas en el frigorífico, tareas, mañana lo intentare,… Nos sometemos a sobrecarga que nos hace dudar del “si mañana llegare a meta”, nuestra vida diaria se convierte en una carrera contrareloj, que nos obliga a sobre esforzarnos en lo que no es obligado, convirtiéndose en el intercambio de mudas complicidades que ocultan lo verdadero.
Los descansos han de ofrecer paz, sosiego, tranquilidad, renovación de objetivos,…es tan necesario el descanso, siempre y cuando respetemos sus límites.
El no entender los límites, por utilizar el descanso tanto por su defecto como su exceso, nos aboca a convertirnos en una masa amorfa en manos de las corrientes.
Hoy estoy utilizando el descanso para escribir con cierto desorden, sin pretender transmitir una idea concreta, bueno, ¡miento!, sí, tengo una idea y es que hoy 22 de febrero hace un año que el Blog “reflexiones para aparentar” esta de descanso.
Álvaro, yo de vez en cuando entre en tu espacio, creo que muchos están pendientes de tus “Reflexiones para aparentar”. Seguro que no esperabas que te escribiese. Tú, no te puedes marchar.
Los descansos son esa libertad condicional para que no pares, son descansos condicionados a seguir tu plan de entreno, disfrutando de otras actividades.
A veces el rígido horario que nos vemos sometidos, nos imprime un stress de tiempos que parece hacernos ver la imposibilidad de programar nuestro ocio. Nos levantamos, prisas, horarios, jefes, notas en el frigorífico, tareas, mañana lo intentare,… Nos sometemos a sobrecarga que nos hace dudar del “si mañana llegare a meta”, nuestra vida diaria se convierte en una carrera contrareloj, que nos obliga a sobre esforzarnos en lo que no es obligado, convirtiéndose en el intercambio de mudas complicidades que ocultan lo verdadero.
Los descansos han de ofrecer paz, sosiego, tranquilidad, renovación de objetivos,…es tan necesario el descanso, siempre y cuando respetemos sus límites.
El no entender los límites, por utilizar el descanso tanto por su defecto como su exceso, nos aboca a convertirnos en una masa amorfa en manos de las corrientes.
Hoy estoy utilizando el descanso para escribir con cierto desorden, sin pretender transmitir una idea concreta, bueno, ¡miento!, sí, tengo una idea y es que hoy 22 de febrero hace un año que el Blog “reflexiones para aparentar” esta de descanso.
Álvaro, yo de vez en cuando entre en tu espacio, creo que muchos están pendientes de tus “Reflexiones para aparentar”. Seguro que no esperabas que te escribiese. Tú, no te puedes marchar.
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