viernes, 12 de noviembre de 2010

Footing de estado

La inmensa mayoría de los días que me revisto de manera deportiva para corretear lo hago por aquellos espacios que me facilita la cercanía de mi casa o del trabajo. Tanto en un lado como en otro el circuito es acoplativo. Busco espacios abiertos, aceras anchas, algún tramo arbóreo, evito semáforos, cruces de calles, circulación de vehículos y un largo etc., que lo hacen por si complicado, si a ello sumamos la extrañeza de horarios es casi un reto. Hoy por hoy lo siento como una necesidad.
Este angosto panorama de espacio deportivo, sino me equivoco, es el paisaje deportivo de la mayoría de los corredores populares urbanitas y ruralitas; al fin al cabo es una continuidad del devenir diario: prisas, ajetreos, atascos, ruidos, trabajo-crisis-paro… es decir el espacio cotidiano es el que es y es nuestra capacidad e ingenio el que de manera diaria busca el circuito acoplativo idóneo para poder vivir.

La realidad es la que es la que es y solamente es necesario mirar por las ventanas de nuestro hogar, aunque también podemos mirar a la ventana plana de ubicación central y principal de nuestro salón para recrearnos en los verdes campos y armoniosos espacios idílicos donde de manera imaginativa dibujamos nuestro esbelto cuerpo recubierto del adecuado sudor de la felicidad haciendo footing.

De momento, y espero que durante muchos más años, siga corriendo sobre mi realidad para poder seguir afirmando que lo que esto hacemos día tras día se llama “correr”.


J.M.R.

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