Sobre las 15,00 horas del día 17 de octubre hemos quedado citados. A pesar de mi disposición a ir lo más próximo a su domicilio, él me dice que quedemos en un punto intermedio. Surge Diego de León.
Estoy sentado en el coche, en una interseccción, casi pisando el carril bus y un paso de cebra, pienso “menos mal que hoy es domingo y la circulación y sus vigilantes se muestran más tolerantes”. A las 15 horas y 00 minutos, con su andar característico le veo venir, en manga corta, con una camiseta de color amarillo de la media maratón de Almagro, un jersey al hombro y alzando la vista como queriendo situar el punto concreto de cita. Le doy una voz “¡ehh! ¡Germá!”, sonriente me saluda y extrechamos la mano. Le presento a mi hijo. Como soy de pocos proleómenos, directamente saco la bolsa y le doy una carpeta con diversas fotos. Él un poco sorprendido duda, sabe que en este mundo fotográfico de las carreras al mismo tiempo que te lanzan la mano ofreciéndote retratos recordatorios te meten la mano en los bolsillos para exprimirte unos “ebros”.
Le entrego el detalle recordatorio y las fotos de entrada en meta y recogida de trofeos, le echo la mano al hombro y le digo nuestro Club solo quiere darte esto en agradecimiento por tu presencia cada año en nuestra carrera lagunera.
Charlamos un rato, frutos de la casualidad (fui yo quien eligió el sitio de la quedada), él dice que
Decidimos ir a tomar un café, y viendo lo mal situado del coche nos vamos a otro lugar, aunque no muy lejos. En la cafetería Hontanares, aprovechamos un espacio no muy ortodoxo de aparcamiento, pero lo suficientemente bien estacionado para tomar un café. Él me dice: “ ves la calle María de Molina que dirección lleva, pues se cambio su direccción para no derribar un hotel”, yo le digo que en todos los sitios cuecen habas y le refiero el curveteo de la carretera de Villacaña a Villafranca.
No han terminado de servir los cafes cuando él saca diez “ebros” y paga por que me dice que estoy en su territorio. El favorece una conversación animada, me narra sus peripecias y como simpre le ha gustado el deporte, aunque es apartir de los 60 años cuando se inicio en esto de correr. Se dirije a mi hijo “tú, practica el deporte, busca retos que eres joven”, la frescura de sus palabras muestran convencimiento y orgullo de llevar una vida sana. “no se trata de vivir más años, se trata de vivir los años que vivas con una buena calidad”, sigue: “no bebas y no fumes. Yo nunca lo he hecho, y en tercer lugar lleva una comida
Me dice, y tal como se expresa, denota sinceridad: “son pocas las carreras que voy a gusto, la vuestra me encuentro muy agusto y distruto en ella”. Mira mi hijo y le insiste “práctica deporte, no te encierres en las máquinas y no comas esas comidas que venden en esos locales (se refiere a loa burges)” y le insiste en los consejos “ No fumes y no bebas, pero siempre que tengas ocasión de estar con una mujer no la pierdas que eso no es malo, sino muy saludable”.
Con su andar típico se dirige al metro, el transporte público es su forma de moverse. Nosotros cogemos el coche, nos miramos y mi hijo con una sonrisa me dice “que persona más peculiar”.
Germán, un gran corredor popular, una persona querida entre el mundo de los corredores populares. German una persona de 76 años, con una fuerza y una energía que a todos nos da envidia.
J.M.R.