Donde en tiempo pasado unos brazos anastomasados
,
hacían un discurrir en su cuenca media que
dejaban a su paso lagunas y laminas de aguas de zonas pantanosas.
Hoy,
aquellas que frágilmente perviven, están
reconocidas como Humedales de La Mancha
y Reserva de la Biosfera.
De camino hacia el Sur, y aprovechando que antes de sus
intermedios está aquel lugar de cuyo nombre siempre procuro estar. Por allí
quede.
Tempranamente y adelantándome a los calores que pausadamente
van invadiendo con el transcurso del día. Allí y en la misma puerta del
escaparate lagunar me recibía un viento de aire fresco, extraño y algo incomodo
para “en las fechas que nos encontramos”.
Humedales de Villafranca de los Caballeros |
La visión de la laguna Grande desde el punto de inicio (el
Cerro), son espectaculares, donde la magia del agua augura un verano de baños y
buenas meriendas a las orillas de esta especial zona de baños en la misma
Reserva de la Biosfera.
No tarda mucho el cuerpo en superar ese viento fresco, que
como bien me recordaban -no es nada extraño que por estas fechas y en tempranas
horas nos abrigaramos, cuando íbamos a entresacar-.
Tengo el tiempo justo para circunvalar trotonamente todo el
perímetro lagunar de Villafranca de los Caballeros, en su laguna Grande y
Chica. El camino trazado en sus afueras perilagunares facilita un trote pausado
y reflexivo, sin mayor pretensión que empaparte de tú Tierra, y disfrutar de
una inesperada mañana que la hacen distintas a las demás.
No tardo mucho en atravesar el escaparate lagunar, donde el
verano antaño se contaba por baños. Pasado los baños de Eva, donde se comienza a desdibuja la imagen tradicional de
los tórridos veranos de chapuzón; el ritmo cansino y relajado deja surcar el
camino que otros años las aguas charqueaban los pasos y trasladaban unos
reflejos de pletóricas aguas sin margen. Extraña sensación de un hogaño donde
los record de precipitaciones nos remontan a años ha.
Humedales Villafranca de los Caballeros |
-Adios- a los que habitan la chinforrera y al paso dejando
al margen derecho el silo del Tío Claudio, una precipitación de zancadas me
adentran entre robustos taraices que ensombrecen agradablemente mi ritmo. No ha
mucho que, y tras dejar este flanqueo de majestuosos arbustos en una tierra
ruda, mi sofoco ritmo se encuentra invadido por una dehesa boyal. Planicie verdosa de tonos grises, de vista
esteparia, donde a los pies de sus hierbas
con sosiego y esperanza aguardan la llegada de sus láminas de agua que
con el ligero viento mantenga ecosistema dentro de este conjunto de humedal,
que otro año más deberá esperar. ¿Por qué?.
La amplitud de norte a sur de esas tablas, fronteras entre
río y lagunas, van dando paso al inicio para cerrar el círculo, donde los
mojones de “MP” van sumando números 83, 84, 85, etecetera.
El embarcadero, barrera imaginaria que se abre al escaparate
pletórico del verano, donde baños, chapuzones, meriendas y descansos trasladan
un asueto de antaño, pero que hoy desde una profunda sensibilidad a esta zona y
especial humedal, deja un extraño sabor amargo
porque el ciclo en este año, donde las abundantes lluvias se han dejado intensamente
sentir, no se ha acabado de completar. ¿por qué?.
Ahora en un lento caminar, donde de manera pausada va
dejando que la respiración relaje los músculos y las vistas, desde el Cerro, se
pierdan en esta aguas que se mueven bajo un espíritu visceral. ¿Por qué?.
JMR
.
NOTA: El proyecto Life "Humedales de La
Mancha" ha estimado que en 26 años se ha destruido un 25 por ciento de la
vegetación natural de los humedales de La Mancha Húmeda que forman parte de la
Reserva de la Biosfera y que se encuentran incluidos dentro de la Red Natura
2000. (eldigitaldecastillalamanca.es, 24/06/2013)
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