Cuanto menos haces, menos
quieres. Y ahí estaba soberbiamente
amorcillao, dejándome llevar por la somnolencia intermitente. Esto me daba que
lo marcao para el fin de semana no se iba a cumplir, al estar embargado por un
sublime amorcillamiento.
Cosas de las tecnologías, con las
desganas de seguir en mi amorcillamiento, escribo en google “carreras populares”
y me aparece: I Carrera Popular Solidaria La Candelaria Pioz.
Son 6€, uno de ellos es para la
ONG James Moiben, y que te puedes
inscribir con sólo mandar un simple correo electrónico sin cierre de inscripciones.
Amanece una mañana soleada
engañosa, donde el hielo de la fuente en la plaza Mayor de Pioz, anuncia que
hace un frio que rasca y que el mejor calentamiento se hace al abriago, aprovechando
cada uno de los rayos solares que recoge la pared a la solana.
Puntualidad ninguna, después de
calentar y recalentar, anuncian que les disculpemos pero que se retrasa media
hora. Sorprendentemente el grupo de atletas que andábamos cobijado tras los
rayos solares, con gestos de indiferencia, asumimos dicho retraso.
11,00 horas de la mañana, se da
la voz de salida. Hasta ese momento mis sensaciones y mis ánimos eran ninguno.
En algún momento que otro pensé en recoger el hato y volverme a casa (de vez en
cuando, me aparecían resquicios de amorcillamineto).
Una vez que inicio mi ritmo,
aprecio un ligero subidón. No conozco nada del itinerario de los 10Km, pero por
el lugar que ocupa Pioz, espero encontrarme con unos cuantos sube y baja.
Inexplicablemente y de manera pronta me encuentro con el km 1, luego el 2 y seguidamente el 3. Pienso que la medición
anda corta.
Pioz, Villa situada en la
Alcarria baja de la provincia de Guadalajara. Municipio que anda por los
3milypico habitantes, pero que por el recorrido que tan rápidamente pasa por
mis pies, detecto que está poblado por incesantes urbanizaciones que
florecieron en los años de la gran gloria inmobiliaria. Entre escasos aplausos,
siempre por pocos que sean, dignos de agradecer, pero que en este caso sus
espacios eran perfectamente cubiertos por los ladridos de perros/as de
envergadura (por lo bronco de sus ladridos), que traspasaban la abundante arizónica
que acota cada una de las viviendas chalets-unifamiliares.
Buen ritmo. Doy alcance a un
corredor de la vecina localidad de Mondejar. Con fuerza y con ganas, establezco
el corto dialogo que me posibilita el sofoco. Tras cruzar unas palabras, me
informa que estamos a 2.800 metros de la
meta. Me da una alegría, pues mi reloj trontonlógico me estaba marcando 3500
para la meta (más o menos). Tras el cruce de comentarios y apreciando que su
reloj controla hasta cada uno de los metros que pasan por nuestros pies, decido
que si las fuerzas me responden seré su compañía hasta la meta.
Pioz, Villa de la Alcarria Baja
de la provincia de Guadalajara. Municipio que honorablemente (ahora se dice
así) es el municipio más endeudado de España, hasta tal punto que dicen que
necesita 7.058 años para saldar sus deudas, ahora sí, su depuradora vale para su población actual
multiplicada por 20 (por poner un ejemplo). Nos acercamos al casco antiguo o
pueblo real, comenzamos un zigzageo por sus calles que nos va anunciando que al
revolver cualquier esquina nos encontraremos con la meta. Un mondejano y un
chelero, en la misma línea de meta se chocan las manos, y por su agradable
compañía me siento en la obligación de invitarle a la próxima carrera popular
de las lagunas.
El sol suelta con alegría sus
rayos de sol en la plaza Mayor de Pioz, el reloj de la torre de su ayuntamiento
con sonido de carrillón anuncia la hora del Ángelus y yo, con una torta de la Candelaria
bajo el brazo (Fiesta tradicional de esta Villa), cojo carretera y manta.
JMR
NOTA: La bolsa del corredor muy
pobre, muy pobre, demasiado pobre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario