Estamos dentro de la primeras
luces de este año 13, y parece que todos andamos con prisas. No hemos acabado
de andar entre los Santos Viejos, que se nos viene encima todas las mascaritas,
y entre tanto, hay que apurar para
completar entrenos, porque se nos echa encima, sin darnos cuenta, los retos de
hogaño.
El tono grisáceo plomo de las
lagunas, sin tantas prisas, nos dice que si la marmota en aquellas tierras
americanas ha dicho que el invierno está en su fin, por aquí el somormujo entre
sus aguas dice que “ande vamos con tantas prisas que cada cosa a su tiempo, y
que por ahora el invierno es el que manda”.
Un fin de semana lleno de
popurrí. Mezcolanza en el que de todo un poco ha hecho una grata suma. Mientras
las Fiestas de la Ánimas, recorrerían a ritmo de tambor calles, plazas y paraban
en las esquinas, para en ritos centenarios de Santos Oficios presentar sus
oraciones, por medio chirrían los gritos de mascaritas de un “¡A que no me
conoces!”. Ambiente donde cada año don Carnal vuelve en armas de batalla con doña
Cuaresma.
Entre tanto, tanto devaneo que acaece, siempre queda tiempo para disfrutar en estas mañana de claro invierno,
de un deporte que sin andar con prisas te exige mantener un ritmo. El ritmo
justo para soltar carcajadas, entre bromas, chistes, retos, anécdotas,… al fin
y al cabo la posibilidad de correr en grupo te da la oportunidad de reírte de
la vida misma, aunque mañana te vuelva a gastar una nueva putada.
JMR
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