No es una posición es un estado |
Una vez superado el momento irrefrenable de –Que agustico
estoy entre estas mantas-, después de haber visionado entre cristales que una atmósfera cortante se extiende más allá de la techumbre hogareña, donde un
lento crepitar de un ceporro parece embrujarte en hipnotizantes figuras, es el
momento de utilizar un primer impulso para alentarte con un -¡Vamos!
El amarillento sol te recibe, donde el suelo acartonado y crujiente
le cuesta despertar por envoltura en celofán de blandura. Ante esto y con esto,
hete aquí, que con singulares figuras adornas el cuerpo, hasta que tras
diversos movimientos eléctricos percibes que lo que te rodea no es una posición
sino un estado.
Estado solidificado
del respirar de las plantas convertido en escarcha, estado liquido que
desprende el apéndice naricero en irremediablemente agüilla moquillera y un estado gaseoso cortante del aire que
penetra por cada resquicio.
Conscientes de que la posición de acurrucado-exprimido, es
una defensa de empiece para iniciar un proceso de activación neuromuscular
impulsora que reactive un proceso de cambio del estado de los allí reunios.
Es en ese momento, bajo unos sonrojados mofletes, donde las
cejas parecen estar adornadas de escarcha, bajo unos lagrimones de secante frío que impulsan los brazos y piernas en sobredimensionados movimientos.
Movimientos que evocan un zapateo desajustado que a ritmo sincrónico de vahos armonizan aquellos que
antes se encontraban acurrucaos.
Cuando dejados por aquello que dice: Ni se crea ni se destruye
sólo se transforma, aquel encogido grupo de atletas laguneros aplican este
elemental axioma físico, que mezclado con una justa medida de buen estado de
ánimo dan certeza empírica al dicho que dice: El frío no existe, el frío sólo
es ausencia de calor.
1 comentario:
si que parece que faltaba calor.Federico
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