01/11/2013 |
Recuerdo hace no mucho tiempo que
por diversas necesidades y a ciertas horas donde el pulular de jóvenes y
jovenas comenzaban a tomar las calles con alegría y ganas de llenarlas de
cierto alboroto. Yo me encontraba en un pausado y lento andar y observar de
zona más o menos acotadas. En un momento determinado percibí que mi presencia comenzaba a fabricar
ciertas miradas furtivas. Miradas que reflejaban interrogantes, del tipo: ¿Y
este que hace por aquí?, ¿de dónde ha salido? ¿Qué quiere hurtar de está
nuestra desinhibida juventud?.
Poco a poco comencé a sentir
incomodidad. Comencé a desear que el tiempo pasara cuanto antes y yo evaporarme
de allí. Quería desaparecer de un lugar que a cada momento era ocupado por un
desaforado ambiente juvenil, donde mi presencia quedaba relegada aquel objeto-recuerdo
de bisabuelos de ubicación desentonante en un decorado de iluminantes curvas de efluvios renovadores.
Y es que la mona aunque se vista
de seda mona se queda. Elige ropa actual y moderna, colorinera, deportiva,
informar,.. combínala y has malabarismo que nunca lograrán camuflar el
inexorable paso de los imparables años.
-Como dice ese señor-, esta
expresión casi paraliza mi impulso activo, de ciertas ganas de ir a más, a pesar de los achaques. Este inicio
de frase, rompía en el aire la transcendente reunión oficial que mantenía nuestro CA Las Lagunas de Villafranca. Allí se
debatían la renovación o no de su Directiva, la modificación o no de ciertas
cuestiones de la carrera popular de las Lagunas y otras cuestiones de vital
importancia para el disfrute y mejora de este Club y su proyección deportiva.
Por ello y ante tal intención de reconocimiento y respeto, exijo que a partir
de ahora en las reuniones y al dirigirse a mi persona que se dibuja en una cara
algo enjuta, pelo corto y poblado en canas y rasgos rugosos vapuleados por el
paso del tiempo, que no hay modo ni manera de camuflarlos, por todo ello exijo
que cuando una bisoña juventud lagunera se dirija a tan avezado acumulador de
años en vejez y se busque el dirigirse con el máximo de los respetos, éste sea expresado bajo la anteposición de “el
señor don…”. Sirva de ejemplo, para disipar cualquier duda a esta bisoña
juventud lagunera, esto que ahora digo: - Como dice el SEÑOR DON GRILLO-. Y yo,
a partir de ese momento hablaré y mi
voto valdrá por lo menos X2.
También podemos hacer otra cosa, que
la juventud lagunera, bajo disimulo, ignore mis clarividentes rasgos de
denotada vejez, y bajo la espontanea
expresión de bisoñez lagunera se exprese a la usanza siguiente: -¡Eh!, grillo explícate-.
Una vez realizada tal ficción, aplicamos el axioma democrático: Un lagunero/a
un voto.
2 comentarios:
Que bien escribes y seas grillo o señor don grillo que tu voto valga por dor o por tres.
Federico
Dichosas letritas
Así comienzan las dictaduras. Deja deja, prefiero tener buenos comentarios y gente que como tú, me anima a andar por estos terrenos pantanosos blogueros.
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